(continúa de «Los Muertos tranquilos»…) ¿Siguen ahí realmente esas personas que parecen dormidas y tranquilas a pesar de las vísceras y la sangre que las envuelven, o no?,… por que hace un segundo si que estaban ahí.” Estaban, y seguro que disfrutando como posesos (salían de una discoteca e iban a toda velocidad a bordo de un imponente Ferrari)… “pero ¿dónde han ido? ¿Se han difuminado, diluido, evaporado en la atmósfera? ¿Habrán sufrido?, ¿se habrán dado cuenta de lo que estaba a punto de sucederles?, ¿y si hubiera sido yo?, ¿estaría difuminado también?”
A lo mejor se acababan de enamorar… “¿desaparecerá ese amor con ellos, o seguirá flotando el amor y el deseo por ahí?”. Los cuerpos se mantienen, como guiñapos en la acera durante unas horas, para desaparecer pronto en el cementerio, comidos por bacterias, hongos y larvas de insectos, o quizás más rápido, incinerados. Pero ¿y los enormes sentimientos que ha sentido ella ante ese hombre tan atractivo y adinerado?, o ¿y los de él, que sólo pensaba en su cuerpo exuberante y en su rostro perfecto, en su olor, en su piel, y que aún no se creía que estuviera ella jugueteando con su mano mientras el la llevaba sobre la palanca de cambios? ¿Dónde habrán ido esos enormes sentimientos?… y ¿qué son en realidad los sentimientos?
ALBARRAGENA 
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